martes, 14 de mayo de 2019

"Dentro del nombre"

Saludos, amigos.

Encontré que en las Escrituras hay dos formas para la expresión traducida "en el nombre de". En la mayoría de los casos, la traducción es literal, pero en tres pasajes está escrito, en el griego común, "dentro del nombre de". Ese es el caso de, por lo menos, tres pasajes:

Vayan, por lo tanto, y hagan discípulos de gente de todas las naciones, bautizándolos DENTRO DEL NOMBRE del Padre y del Hijo y del espíritu santo, enseñándoles a observar todas las cosas que yo les he mandado. Y, ¡miren!, estoy con ustedes todos los días hasta la conclusión del sistema de cosas”. (Mateo 28:19, 20.)

En este pasaje, se da a entender que uno no solamente es sumergido con la autoridad o permiso de Yehóvah, Yeshúa y el espíritu de Yehóvah, sino que es sumergido dentro de sus nombres. Esto implica llegar a ser parte de la familia espiritual de Yehóvah.

Este tipo de bautismo o inmersión aplica solamente para aquellos que son engendrados por espíritu santo y llegan a formar parte del cuerpo del Ungido de Yehóvah. En otras palabras, sólo los miembros del Israel espiritual son sumergidos en el cuerpo espiritual del Mesías.

Eso es SER BAUTIZADOS EN EL UNGIDO (Cristo). Esta exclusividad se refleja en el caso del Israel físico, el cual llegó a ser el cuerpo del ungido anterior, Moisés:

Ahora bien, no quiero que ignoren, hermanos, que nuestros antepasados todos estuvieron bajo la nube y todos pasaron por el mar y todos fueron bautizados DENTRO DE Moisés por medio de la nube y del mar; y todos comieron el mismo alimento espiritual y todos bebieron la misma bebida espiritual. Porque bebían de la masa rocosa espiritual que los seguía, y aquella masa rocosa significaba el Mesías (Ungido). (1 Corintios 10:1-4.)

Pablo escribió:

O ignoran que todos los que fuimos bautizados DENTRO DEL Ungido Yeshúa fuimos bautizados DENTRO DE su muerte? Por lo tanto, fuimos sepultados con él mediante nuestro bautismo DENTRO DE su muerte, para que, así como el Ungido fue levantado de entre los muertos mediante la gloria del Padre [Yehóvah], así también nosotros andemos en novedad de vida. (Romanos 6:3, 4.)

Porque todos ustedes los que fueron bautizados DENTRO DEL Ungido se han vestido del Ungido. No hay ni judío ni griego, no hay ni esclavo ni libre, no hay ni varón ni hembra; porque todos ustedes son una [persona] en unión con el Ungido Yeshúa.  Además, si pertenecen al Ungido, realmente son descendencia de Abrahán, herederos respecto a una promesa. (Gálatas 3:27-29.)

Dicho de otra manera, los que son sumergidos en el nombre de Yeshúa el Ungido de Yehóvah, son la Simiente de Abrahán, el verdadero Israel de Yehóvah. De modo que la obra de la siembra de la Palabra termina cuando se ha completado la selección de los 144.000 esclavos de Yehóvah, cesando así el servicio público de los escogidos. Esa es la remoción del Rasgo Constante, cuando ya está completo el número del Israel de Dios.

La obra de testimonio que sigue es diferente porque está orientada a dar buenas noticias a aquellos que van a ser parte del nuevo mundo de Dios, quienes desde ahora deben temer a Yehóvah y darle gloria como Creador, salirse de Babilonia la Grande y evitar apoyar a la Bestia y su adoración.

Los siguientes dos pasajes también usan la expresión DENTRO DEL NOMBRE, en relación con el ungimiento como parte de la congregación del Mesías:

Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que Samaria había aceptado la palabra de Dios, les despacharon a Pedro y a Juan; y estos bajaron y oraron para que recibieran espíritu santo. Porque todavía no había caído sobre ninguno de ellos, sino que solo habían sido bautizados DENTRO DEL NOMBRE del Señor Yeshúa. Entonces se pusieron a imponerles las manos, y ellos empezaron a recibir espíritu santo. (Hechos 8:14-17.)

En el transcurso de los sucesos, mientras Apolos estaba en Corinto, Pablo pasó por las partes del interior y bajó a Éfeso, y halló a algunos discípulos; y les dijo: “¿Recibieron espíritu santo cuando se hicieron creyentes?”. Ellos le dijeron: “¡Si nunca hemos oído si hay o no espíritu santo!”. Y él dijo: “Entonces, ¿en qué fueron bautizados?”. Dijeron: “En el bautismo de Juan”. Pablo dijo: “Juan bautizó con el bautismo [en símbolo] de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyeran en el que había de venir después de él, es decir, en Yeshúa”. Al oír esto, se bautizaron DENTRO DEL NOMBRE del Señor Yeshúa. Y cuando Pablo les impuso las manos, vino sobre ellos el espíritu santo, y empezaron a hablar en lenguas y a profetizar. En conjunto, eran unos doce varones. (Hechos 19:1-7.)

A partir de estos pasajes se comprende la secuencia "normal" de lo que implicaba el bautismo de los primeros cristianos:

1) Los judíos que esperaban al Mesías fueron bautizados por Juan en símbolo de arrepentimiento de pecados contra la Ley de Moisés.

2) Cuando vino el Señor Yeshúa, estos discípulos de Juan tuvieron que ser sumergidos dentro del nombre del Ungido de Yehóvah, ser miembros de su cuerpo espiritual.

3) Como garantía de su aceptación, Yehóvah les permitió recibir su espíritu santo, para que pudieran manifestar dones especiales, como el hablar en lenguas y profetizar.

Para concluir esta breve exposición, diremos que vivimos en un tiempo muy privilegiado. Es el cambio de la época de la siembra a la época de la siega.

Estemos despiertos.

7 comentarios:

rafa dijo...

Muchas gracias Julius Corvus.-

rafa dijo...

LA NUEVA JERUSALÉN

La respuesta que da la Biblia
La expresión “Nueva Jerusalén” aparece dos veces en la Biblia. Es una ciudad simbólica que representa al grupo de discípulos de Cristo que van al cielo para gobernar con él en el Reino de Dios (Revelación [Apocalipsis] 3:​12; 21:2). La Biblia también llama a este grupo la novia de Cristo.

Claves para identificar a la Nueva Jerusalén
La Nueva Jerusalén está en el cielo. Cuando la Biblia habla de la Nueva Jerusalén, dice que baja de los cielos, donde los ángeles vigilan las puertas de la ciudad (Revelación 3:​12; 21:​2, 10, 12). Además, el inmenso tamaño de la ciudad demuestra que no podría estar en la Tierra. Tiene forma de cubo y su perímetro es de “doce mil estadios” (Revelación 21:16). * Sus lados tendrían una altura de casi 560 kilómetros (350 millas).

rafa dijo...

La Nueva Jerusalén está formada por un grupo de discípulos de Jesús, la novia de Cristo. A la Nueva Jerusalén se la llama “la novia, la esposa del Cordero” (Revelación 21:9, 10). En esta descripción simbólica, el Cordero es Jesucristo (Juan 1:29; Revelación 5:12). “La esposa del Cordero”, o novia de Cristo, representa a los cristianos que se reunirán con Jesús en el cielo. La Biblia compara la relación que hay entre Jesús y estos cristianos a la que hay entre un esposo y su esposa (2 Corintios 11:2; Efesios 5:23-25). Además, las piedras de fundamento de la Nueva Jerusalén tienen escritos “los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero” (Revelación 21:14). Este detalle nos ayuda a confirmar la identidad de la Nueva Jerusalén, pues los cristianos escogidos para vivir en el cielo “han sido edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas” (Efesios 2:20).

La Nueva Jerusalén forma parte de un gobierno. La antigua Jerusalén era la capital de la nación de Israel, la ciudad donde el rey David, su hijo Salomón y sus descendientes gobernaban “sobre el trono de Jehová” (1 Crónicas 29:23). Por lo tanto, Jerusalén, “la ciudad santa”, representaba el gobierno de Dios ejercido mediante los descendientes de David (Nehemías 11:1). A la Nueva Jerusalén también se la llama “la santa ciudad” y está formada por quienes se unen a Jesús en los cielos para “reinar sobre la tierra” (Revelación 5:9, 10; 21:2).

rafa dijo...

La Nueva Jerusalén trae bendiciones a la humanidad. La Biblia dice que la Nueva Jerusalén “descendía del cielo desde Dios”, lo que indica que Dios la usa para dirigir su atención a asuntos fuera del cielo (Revelación 21:2). Esta expresión relaciona la Nueva Jerusalén con el Reino de Dios, que él usa para llevar a cabo su voluntad “como en el cielo, también sobre la tierra” (Mateo 6:10). El propósito de Dios para los humanos incluye las siguientes bendiciones:

La eliminación del pecado. “Un río de agua de vida” sale de la Nueva Jerusalén y riega los “árboles de vida” que son “para la curación de las naciones” (Revelación 22:1, 2). Gracias a esta curación física y espiritual, el pecado desaparecerá y las personas conseguirán vida perfecta, como Dios ha querido desde el principio (Romanos 8:21).

Una buena relación entre Dios y los seres humanos. El pecado nos ha alejado de Dios (Isaías 59:2). Cuando el pecado sea eliminado, se cumplirá por completo la siguiente profecía: “La tienda de Dios está con la humanidad, y él residirá con ellos, y ellos serán sus pueblos. Y Dios mismo estará con ellos” (Revelación 21:3).

El fin del sufrimiento y de la muerte. Mediante su Reino, Dios “limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor” (Revelación 21:4).

Temas rela

rafa dijo...

Sacado del JW ORG

Pp77 dijo...

El Padre tiene nombre.--
El Hijo tambien. --
El Espíritu Santo ???

PauLant dijo...

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