El resto, los últimos de Benjamin

Romanos 11:1-5
<< Pregunto, pues: Dios no rechazó a su pueblo, ¿verdad? ¡Jamás suceda eso! Pues yo también soy israelita, de la descendencia de Abrahán, de la tribu de Benjamín. Dios no rechazó a su pueblo, a quien primero reconoció. ¿Acaso no saben lo que dice la Escritura con relación a Elías, al argüir él ante Dios contra Israel? “YeHoWaH, han matado a tus profetas, han excavado tus altares, y yo solo quedo, y buscan mi alma.” Sin embargo, ¿qué le dice la declaración formal divina? “He dejado que me queden siete mil hombres, [hombres] que no han doblado la rodilla ante Baal.” De esta manera, por lo tanto, también en la época presente ha llegado a haber un resto según una selección que se debe a bondad inmerecida. >>

La selección de los 144.000 miembros del Israel del Dios culmina con la selección de los últimos 12.000 escogidos, la tribu de Benjamín.

Pablo llegó a ser una ilustración adecuada del último de los 12 apóstoles, cuyo testimonio estaba dirigido a los gentiles (no judíos). De modo que Pablo indicó por inspiración que su selección fue una evidencia de que YeHoWaH no había rechazado a su pueblo.

En los días de Pablo un sistema de cosas estaba acabando, dentro de los 40 años finales de Jerusalén, así que su situación ilustró lo que acontece en nuestros días, cuando un "resto" está siendo seleccionado por bondad inmerecida. Este "resto" de benjaminitas espirituales (mesiánicos o cristianos verdaderos) está siendo completado, si es que su selección no ha terminado aún. Ellos nacen, según la ilustración de la muerte de Raquel su madre, cuando el Pacto Abrahámico llega a alcanzar su objetivo: la existencia de la Simiente verdadera de Abrahán.

¿Son israelitas físicos los últimos escogidos? La Biblia aclara que son llamados de todo rincón del mundo, pero nadie sabe a ciencia cierta si sus antepasados fueron israelitas, sólo YeHoWaH es el determina quiénes son miembros de los 144.000 esclavos.

YeHoWaH tiene un propósito maravilloso para la humanidad mediante la Simiente de Abrahán. Si labor celestial será ser reyes y sacerdotes con el Mesías, acompañando en su obra de expiación como la Novia del Cordero. Este es el Israel que cumple el propósito divino, y nosotros, como gentiles, nos acercamos a este Israel para acompañarlos, porque tenemos la oportunidad de alcanzar la vida mediante esa obra sacerdotal.

Bendiciones.