Sobre la muerte segunda

Judas hizo mención de los apóstatas y los impíos que tornaban la bondad inmerecida de YEHOVAH como una excusa para la conducta relajada, y dijo, en Judas 12-13, que estas personas "han muerto dos veces" y que para ellos "la negrura de la oscuridad permanece reservada para siempre".

Aquí se hizo mención, en realidad, de lo que se llama LA MUERTE SEGUNDA, la cual es la destrucción final de un ser, el retorno a la inexistencia absoluta.

Las Escrituras dan a entender que la muerte es lo contrario de la vida, y que esa muerte, que se transmitió debido a la transgresión de Adán, viene a ser el castigo por el pecado. En la carta a los Romanos se nos dice que el salario que el pecado paga es muerte y, por esa razón, el que muere ha sido absuelto de su pecado... Su vida futura sólo depende de la misericordia de YEHOVAH.

La muerte natural, o la que ocurre en este mundo de Adán, sería LA MUERTE PRIMERA. Ésta es comparable a la destrucción del primer templo y el destierro de la nación, eventos que llegaron a ser de desolación total. La desolación es la representación de la muerte, razón por la cual se puede ver que "la transgresión que causa desolación" de Daniel 8 tiene que ver con el error de Adán, en la historia original, un error que repitió el pueblo de Dios del pasado.

Ahora bien, esta "primera muerte" tiene solución: la resurrección. Y esto quedo plenamente ilustrado cuando la nación de Judá volvió a existir después de la liberación proclamada por Ciro el Persa. Con razón, el profeta Ezequiel ilustró esto con la visión de los huesos que llegan a tener carne y espíritu para poder vivir.

En el caso del mundo antiguo, tenemos la representación más clara para el entendimiento. La "primera muerte" vino a ser cuando Adán murió. Es lo que corresponde a la muerte natural, porque Israel también murió cuando estaba por cumplir los 930 años de Adán. La "segunda muerte" fue representada, por otro lado, por el Diluvio de los días de Noé. De esto, se deduce que los que murieron en aquel entonces, que eran impíos de verdad, no volverán a existir nunca más. Su exterminio fue definitivo.

El juicio de YEHOVAH que viene sobre la humanidad, es una expresión de su ira, así que hemos de entender que será terminal para con la generación actual de este mundo.

LA VERDAD ES SIMPLE Y CONSOLADORA

El hombre no fue creado para morir, sino para renovarse continuamente, sin pensar en el tiempo. Por su transgresión se hizo merecedor de desolación y muerte, el volver al polvo del cual fue creado. Esa muerte es comparada a un sueño, según lo que YESHUA habló respecto a su amigo Lázaro, y de un sueño uno puede despertar.

La muerte no es natural en nuestra mente, razón por la que lloramos. Pero YEHOVAH ha dado testimonio de su gran amor al permitirnos la vida eterna, después que resucitamos. Los que han sido llamados a la adopción como hijos de Dios tendrán el privilegio de inmortalidad en los cielos, mientras que la mayoría de la humanidad, la cual espera la revelación de estos hijos de Dios, tendrá la oportunidad de mantenerse viva para siempre, en sus cuerpos perfectos biológicamente dependiente de los elementos naturales de esta Tierra.

Para YEHOVAH, todos sus siervos están vivos, en su memoria. Él puede recrearlos y hacer que sus vidas continúen, con miras a la juventud perfecta, en plenitud de felicidad.

Pero todo esto es algo serio, estimados amigos. Si no somos parte del pueblo de YEHOVAH, no estamos bajo la jurisdicción del Mesías, el cual se ha manifestado a través de la clase José, la organización de los JW.ORG, aún con los errores que se hayan cometido durante el proceso de su refinación constante. No existe otro pueblo que esté declarando la Buena Noticia del Reino y el amor del Padre para con aquellos que tienen fe en el sacrificio del Mesías, a un grado tal como lo están haciendo ellos. En realidad, no es posible, humanamente hablando, que cualquiera sea atraído hacia ese pueblo, pues el rechazo del mundo es general. Pero es YEHOVAH quien atrae a los que considera apropiado atraer. Nunca seamos desagradecidos por esa oportunidad.

Que sigan prosperando en el conocimiento y los frutos del Espíritu quienes captan el sentido de todo esto.