miércoles, 8 de mayo de 2019

El trono del Dios y del Cordero

Y él me mostró un río de agua de vida, claro como el cristal, que fluía desde EL TRONO DEL DIOS Y DEL CORDERO. (Apocalipsis 22:1)

Le doy las gracias a YEHOVAH y su Espíritu por el privilegio de ir aprendiendo más y más cada día acerca de su Palabra, y especialmente, el libro de Apocalipsis (Revelación). Una de las cosas que aprendí hoy, la comparto con ustedes, estimados amigos.

Cuando Apocalipsis hace referencia a YEHOVAH, dice: "El que está sentado en el trono". Por otro lado, cuando se hace referencia al Cordero, YESHUA el Ungido de YEHOVAH, el libro dice que él está "en medio del trono". Es decir, YESHUA tiene el privilegio de estar con su Padre en su trono.

Al que venza, le concederé sentarse conmigo en mi trono, así como yo vencí y me senté con mi Padre [YEHOVAH] en su trono. (Apocalipsis 3:21.)

El momento preciso en el que eso ocurre es durante el Día del Señor, como bien lo dice Juan, el escritor de Apocalipsis. Y eso se verá cuando se toca la séptima trompeta:

Y ella dio a luz un hijo, un varón, que ha de pastorear a todas las naciones con vara de hierro. Y su hijo fue arrebatado hacia Dios y hacia su trono. (Apocalipsis 12:5.)

Ahora bien, es desde el escenario de Apocalipsis 4-5 se puede apreciar cómo es que el Cordero aparece "en medio del trono" aparte del que está "sentado en el trono" (Apocalipsis 4:2). De hecho, el Cordero recibe el rollo con los siete sellos de YEHOVAH.

Y vi de pie EN MEDIO DEL TRONO y de las cuatro criaturas vivientes, y en medio de los ancianos, un cordero como si hubiera sido degollado, que tenía siete cuernos y siete ojos, los cuales [ojos] significan los siete espíritus de Dios que han sido enviados por toda la tierra. Y él fue y en seguida [lo] tomó de la mano derecha del que estaba SENTADO EN EL TRONO. (Apocalipsis 5:6, 7.)

YESHUA estuvo sentado a la diestra del trono de YEHOVAH por mucho tiempo, después de ascender a los cielos, pero ahora que ya llegado el tiempo para la realidad del Reino del Mesías, el Cordero se acerca y recibe el privilegio de estar en medio del trono. En otras palabras, el Reino del Mesías es una EXPRESIÓN secundaria de la Soberanía de YEHOVAH. Al final de los 1000 años, el Mesías le entregará el Reino a su Dios y Padre (1 Corintios 15).

Los gentiles cristianos llegarán a ser parte de la Gran Muchedumbre que ha de sobrevivir, con miras a recibir la bendición de la restauración de la humanidad. Esto será posible gracias a la obra del Cordero.

Por eso están delante del trono de Dios; y le están rindiendo servicio sagrado día y noche en su templo; y EL QUÉ ESTÁ SENTADO EN EL TRONO (YEHOVAH) extenderá su tienda sobre ellos. Ya no tendrán hambre ni tendrán más sed, ni los batirá el sol ni ningún calor abrasador, porque el Cordero, que ESTÁ EN MEDIO DEL TRONO, los pastoreará, y los guiará a fuentes de aguas de vida. Y Dios limpiará toda lágrima de los ojos de ellos”. (Apocalipsis 7:15-17.)

En realidad, es la voz del Cordero la que sale de en medio del trono, pues él es el Logos del Dios, su Vocero Principal. Vayamos a la maravillosa profecía sobre la extensión del tabernáculo de YEHOVAH sobre la humanidad:

Con eso, oí UNA VOZ FUERTE DESDE EL TRONO (el Cordero hablando) decir: “¡Mira! La tienda de Dios está con la humanidad, y él residirá con ellos, y ellos serán sus pueblos. Y Dios mismo estará con ellos. Y limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor. Las cosas anteriores han pasado”. Y AQUEL QUE ESTABA SENTADO EN EL TRONO (YEHOVAH) dijo: “¡Mira!, voy a hacer nuevas todas las cosas”. También, dice: “Escribe, porque estas palabras son fieles y verdaderas”

En una escena anterior, después de la destrucción de Babilonia la Grande, también se ve que el Cordero invita a la adoración de YEHOVAH:

Y los veinticuatro ancianos y las cuatro criaturas vivientes cayeron y adoraron a Dios, que ESTABA SENTADO SOBRE EL TRONO, y dijeron: “¡Que así sea! ¡Alaben a YAH!”. También, Una VOZ SALIÓ DESDE EL TRONO (el Cordero hablando) y dijo: “Alaben a NUESTRO DIOS (YEHOVAH), todos ustedes sus esclavos, que le temen, los pequeños y los grandes”. (Apocalipsis 19:4, 5.)

Lo que me agrada de esta escena es que aún cuando YESHUA comparte el trono con su Padre, continúa llamándolo NUESTRO DIOS.

Así pues, después de los pasajes que hemos leído, tenemos más convicción sobre la verdadera relación que existe entre YESHUA y su Padre YEHOVAH, aún después de haber vuelto a los cielos espirituales.

Julius Corvus.

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