Aprendiendo con fe

Comparto con ustedes algunas cosas de mi estudio personal.

Cada vez estoy más convencido de que ha llegado el tiempo para que tomemos con seriedad nuestra identificación como cristianos genuinos, aumentando nuestras acciones de dar testimonio acerca de los propósitos de YEHOVAH. Vale la pena actuar como si la Hora del Juicio de Apocalipsis 14 hubiera comenzado.

Mi entendimiento de este asunto es de esta manera: Antes del Día de YEHOVAH, que es la verdadera Gran Tribulación que le sobrevendrá a este sistema, hay un breve período en el que se separa a las personas. Soy de la idea de que este breve período acaba de comenzar con la luna llena de la Pascua del 19 de abril, así que es ahora cuando debemos decidir actuar en armonía con el Espíritu.

Me han sucedido cosas en estos días, y creo que todas son una muestra del amor leal de YEHOVAH para conmigo. Hasta el mismo hecho de haber sufrido la pérdida de mi teléfono móvil, en un país donde no tengo posibilidad alguna de trascender en riqueza, cerca de mi familia, conociendo cara a cara la realidad de los migrantes de Venezuela y sus bondades y flaquezas... Todo eso me ha calado de tal manera, que me he volcado a examinar con fe y espíritu la lectura y el estudio de las Escrituras. El teléfono móvil, aunque no lo crean, es a veces un estorbo para meditar en la Biblia. Agradezco a YEHOVAH el haberlo perdido, por lo menos en estos días importantes.

Es por ello que ahora, aparte de las luces cronológicas que pudiera encontrar en mis estudios, deseo compartir con ustedes los principios y las verdades que contienen las Buenas Nuevas, según voy leyendo y aplicando. Tuve la oportunidad de leer desde Mateo hasta Juan antes de la Pascua. Y ahora, después de haber completado Hechos, estoy a la mitad de Romanos. Estas son algunas de las joyas que he encontrado. Quizás les sirvan también a ustedes.

LA CORONA DE ESPINAS

Todo lo que YESHUA sufrió en la carne tendría que llegar a ser una retribución contra aquellos que lo entregaron a los romanos. El hombre que entregó a YESHUA a la autoridad de Roma fue, en realidad, el Judío, es decir, el sistema religioso de los judíos (los fariseos, los escribas, los herodianos y los saduceos). De ellos habló YESHUA cuando le dijo a Poncio Pilatos que el hombre que lo había entregado a él tenía más culpa. Erróneamente, yo pensaba que hablaba de Judas Iscariote, pero la verdad es que fueron los judíos sin fe quienes tenían la culpa de la entrega.

En consecuencia, fueron los judíos quienes sufrirían las consecuencias unos 40 años después, entre 70 y 73 EC (si es que tomamos como referencia los años 30 y 33 EC). Y, curiosamente, esta retribución fue literal.

En realidad, cada experiencia del Mesías tuvo su retribución a escala nacional. Yo me preguntaba qué representaría la corona de espinas puesta en su cabeza, la cual debió de causarle mucho dolor. Pues bien, la respuesta está en lo que le dijo YESHUA a Jerusalén, la "cabeza" de la nación: Sus enemigos levantarían alrededor de ella una fortificación de estacas puntiagudas, una empalizada que la rodearía de tal manera que nadie escaparía. Esa "corona" de estacas afiladas era la CORONA DE ESPINAS para Jerusalén, y fue levantada entre el 1 y el 4 del tercer mes del año 70. El general Tito la levantó precisamente al tiempo de la Gran Tribulación de los judíos, exactamente 1290 días (43 meses lunares) desde que Cestio Galo había atacado el muro exterior del templo en el otoño del 66.

ASUNTOS DE FE

Algunas de las joyas espirituales que vi tienen que ver con la fe. Por ejemplo, saber que sin fe es imposible agradar a YEHOVAH. Tomemos eso en serio. Si realmente no tenemos fe, tenemos un serio problema. Acerquémonos a YEHOVAH mediante el Mesías, logremos refrigerio para nuestras almas. No esperemos una transformación espectacular de nuestra persona. Simplemente, mostremos obediencia a su Palabra. Eso vale más que el alboroto emocional de muchos.

El Espíritu de YEHOVAH es el que nos debe impulsar a completar lo que nos falte para ser fieles. No seamos COBARDES para hacer los cambios necesarios. La fe requiere OBEDIENCIA, ni más ni menos. La firmeza de nuestra actitud y cambios no vienen por nosotros mismos, sino que YEHOVAH es quien nos ayuda a cumplir con lo que buscamos.

Dios llama las cosas que no son como si fueran. Imitemos eso. Quizás no nos sintamos perfectos para dar el ejemplo, pero eso es lo que ocurre en la realidad, no en la meta que está en nuestra cabeza. Portémonos como si ya fuéramos santos, hijos de Dios. Actuemos mirando al futuro.

Es ahora, en los días de la Hora del Juicio, cuando debemos hacer morir las prácticas del cuerpo. A veces, nuestra conciencia nos hace una mala jugada. No nos desanimemos. Lo importante es impedir que las acciones malas se lleven a cabo. Si nos esforzamos por pensar como YESHUA, teniendo la mente de Dios en nuestros corazones, podremos evitar caer en lo que más tememos caer.

Nunca olvidemos que el fin de las cosas que no hacen sentirnos avergonzados, es decir, las cosas sucias de este mundo, es la MUERTE. Repita conmigo: Lo malo produce MUERTE. No hay doble sentido en esto. Si quieres vivir, tienes que actuar en armonía con el Espíritu de YEHOVAH, o sea, pensar y actuar como el Mesías, el ejemplo perfecto del humano fiel.

LA MUERTE REINÓ DESDE ADÁN HASTA MOISÉS

En su carta a los Romanos, de donde he citado algunos pensamientos, Pablo explica que la Ley puso de manifiesto la gravedad del pecado y su consecuencia final, la muerte. Pero expresa que la muerte había reinado desde Adán hasta Moisés. En realidad, cuando no hubo la vigencia de la Ley, podría decirse que no había una conciencia clara de lo que es el pecado, así que la muerte estuvo haciendo de las suyas en el mundo, puesto que no había el requisito para poder pasar por encima de ella. Pero la Ley permitió entender qué era lo que había que hacer para evitarla, aunque sea de forma relativa. Y es que gracias al conocimiento que YEHOVAH esparció en la Ley, ahora era posible ser salvos, por lo menos, haciendo caso de la Ley. Claro está, la solución vendría a través del Mesías mucho tiempo después, pero la Ley fue ese tutor que cuidaría de los judíos hasta que viniera la plenitud de todas las cosas.

Ahora bien, en un sentido cronológico, ese espacio de tiempo en el que la muerte reinó, desde Adán hasta Moisés, es en realidad el período de SIETE TIEMPOS que hubo desde la expulsión de Adán del Jardín de Edén (16/17 del primer mes de 3993 aEC) hasta la entrada de Israel en la Tierra Prometida (16/17 de Abib de 1473 aEC), cuando la Ley por fin comenzó a tener plena vigencia para Israel. Téngase en cuenta que la repetición de la Ley por parte de Moisés, unos meses antes de la entrada de Josué y los israelitas, fue un indicador de que la Ley por fin podría cumplirse en la Tierra Prometida.

De hecho, desde 3993 aEC hasta 1473 aEC hubo SIETE TIEMPOS, es decir, 2520 años

EL DÍA DE LA REVELACIÓN DEL JUSTO JUICIO DE DIOS

En Romanos 2:16, Pablo escribió acerca del Día en el que YEHOVAH juzga las cosas secretas de la humanidad. En mi percepción, Pablo hablaba de la Hora del Juicio, cuando todo lo que estuvo oculto es denunciado. Eso es, hasta donde se percibe, ahora, cuando las cosas feas del mundo salen a la luz, y cuando se exponen los motivos ocultos que tenemos en el corazón. De hecho, según como actuemos ahora, en medio de la inspección del Amo, estaremos definiendo en qué bando vamos a estar cuando llegue el Hijo del hombre, en el Día de la Ira de YEHOVAH. Visto en términos de cronología, la Hora del Juicio comenzó el 15 de Abib de 2019 y terminará el 15 de Etanim de 2022, cuando se destruya totalmente a Babilonia la Grande.

Hoy es el tiempo para mostrar, con AGUANTE, que hacemos la obra que es buena. Romanos 2:5 nos advierte contra descuidar el Día de la Ira de la Revelación del Justo Juicio de Dios, el cual viene después de la Hora del Juicio. Allí ya no se podrá hacer mucho, pues ya estaremos establecidos en el bando de las ovejas o en el bando de las cabras. Y el hecho de que se use la expresión REVELACIÓN DEL JUICIO, nos hace pensar que hemos estado siendo examinados por un período... Y deberíamos pensar que eso es AHORA.

A decir verdad, es en Romanos donde se usa la expresión REVELACIÓN más de una vez. Y eso implica mostrar algo que paso desapercibido para todos, algo escondido. Y lo más maravilloso es lo que expresa Romanos 8, que la creación ha estado aguardando la Revelación de los Hijos de Dios. Hoy más que nunca, yo creo que ese pasaje puede verse en pleno cumplimiento, porque entendemos que el Reino del Mesías ya está establecido, con el número pleno de los Hijos de Dios en el Monte Sión (con el remanente de la clase Benjamín en la Tierra), y la Revelación de estos escogidos tendrá lugar cuando venga el Día de YEHOVAH.

En su carta, Pablo dice que la ira de Dios vino contra el judío primero y luego vendrá contra el griego. En el caso del judío, el fin vino después de un período de pruebas y juicios de tres años y medio, entre Etanim del 66 y Abib del 70. El Día de YEHOVAH, para ellos, llegó y trajo consecuencias desoladoras. Algo parecido ocurrirá para el griego. Asumimos que hemos entrado en un período de pruebas y juicios desde Abib de 2019 y este se extenderá hasta Etanim de 2022, viniendo entonces la desolación final del sistema de la cristiandad y todas las demás religiones.

Actuemos en armonía con la ley de la fe ahora, en estos días. Hagamos un esfuerzo por mantener fidelidad a nuestro Creador. Si no es ahora, es nunca. No esperemos que las condiciones sean favorables para recién tomar acción. Nuestra vida está en juego.

En lo que respecta a Julius Corvus, también está corrigiendo muchas cosas en su vida, y está asociándose más con aquellos que esperan la venida del Día de YEHOVAH, porque se requiere mucha fe y valor para tomar la dirección correcta. Al final, es YEHOVAH el que es fiel en impulsarnos al camino correcto. Sólo su espíritu puede darnos luz para seguir la senda que nos corresponde, si tenemos la actitud apropiada.

Que YEHOVAH bendiga a todos aquellos que se esfuerzan por estar a la altura de sus requisitos de justicia mediante la fe en el Mesías y su papel de redentor.

Julius Corvus.