lunes, 29 de abril de 2019

Esaú como Adán

Aquí les presento algo que probablemente el Espíritu me ayudó a entender.

Los dos hijos de Isaac, a saber, Esaú y Jacob, por ser GEMELOS, representaron dos instancias de lo mismo. Ese principio de representación se encuentra también en las esposas de Jacob, es decir, Lea y Raquel.

Lea y Raquel, por ser esposas, representaron el Pacto Abrahámico en dos instancias. Los hijos de estas dos mujeres representaron a los CRISTIANOS. Es la misma ilustración que está en Gálatas acerca de las mujeres de Abrahán. La mujer libre, Sara, corresponde con Lea y Raquel, mientras que la sirvienta, Agar, corresponde con las dos esclavas, Bilhá y Zilpá. Jacob es Yeshúa en la ilustración.

Los hijos de Lea representaron a los primeros cristianos, dentro de la Semana de Años del Mesías, porque Jacob tenía que celebrar la semana de la primera esposa antes de tomar a Raquel. Así pues, los primeros cristianos, cuya base era judía, fueron los hijos de Lea. Por otro lado, los hijos de Raquel representaron a los últimos cristianos, desde 1919 en adelante. La base de estos cristianos ya no era judía, sin gentil. José representó a la congregación restaurada de nuestros días, el Esclavo Fiel y Discreto, que salió de la prisión para alimentar al pueblo de Yehóvah. Benjamín, que nació al morir Raquel, representó a la congregación sellada que queda como remanente en los tiempos de juicio.

Ahora bien, puesto que Jacob fue representación de Yeshúa el Mesías, y era gemelo de Esaú, tenemos que concluir que Esaú fue representación de Adán, el primer hombre.

En realidad, Esaú nació primero, así que corresponde con Adán. Pero Esaú despreció la primogenitura y luego perdió la bendición del primogénito. Eso le pasó a Adán. Así como Esaú despreció las cosas sagradas por un plato de lentejas, Adán despreció la guía de Yehóvah y el privilegio de ser el primogénito de la humanidad. Esa comparación nos permite entender mucho mejor qué es lo que debemos evitar para no estar en el desagrado de Yehóvah.

Lo que Esaú hizo es comparado con la fornicación en las Escrituras:

Que no haya ningún fornicador ni nadie que no aprecie cosas sagradas, como Esaú, que a cambio de una sola comida vendió regalados sus derechos de primogénito. Porque ustedes saben que después, también, cuando quiso heredar la bendición, fue rechazado, pues aunque con lágrimas procuró solícitamente un cambio de parecer, no halló lugar para ello. (Hebreos 1:16, 17.)

Jacob reemplazó a Esaú, lo cual concuerda con el principio del rescate correspondiente: Yeshúa fue un reemplazo de Adán como padre de la humanidad. Yeshúa es el primogénito de la creación. El nombre JACOB significa SUPLANTADOR. Además, en un pasaje se dice que, a diferencia de Esaú, Jacob era SIN CULPA, expresión profética que hace referencia al Mesías, que no tenía pecado. Recuérdese también que Jacob, para reemplazar a Esaú, tuvo que ponerse una piel de oveja, una clara alusión a que él tenía que ser sacrificado como el Cordero de Dios.

En realidad, cuando leemos en las Escrituras la situación de los primogénitos, veremos que, por lo general, el derecho de la herencia espiritual no se le da al primer hijo en el caso de muchos. Por ejemplo, Isaac nació después que Ismael, pero Isaac tenía el derecho de primogénito. Otro caso, es el derecho de primogénito dado a José y no a Rubén. Rubén, a propósito, también es como Adán. Y una clave para entender ello es que su tribu estuvo compuesta de 930 cincuentenas. un valor asociado a los 930 años de Adán.

Con razón Esaú es Edom. La expresión EDOM, que significa ROJO, usa las mismas consonantes que ADAM, un término usado para designar a un hombre terrestre.

Lo que es más, parece que el territorio de Esaú, es decir, Edom, que se encontraba al SUR-ESTE de Palestina, al este del río Jordán, pudo haber sido la zona en la que vivió Adán después de su expulsión. Si fuera así, se confirmaría que el Edén abarcaba la península arábiga, porque más hacia el SUR-ESTE siguen los desiertos de Arabia.

Sobre este particular, les refresco la memoria: El Jardín de Edén original, según parece, fue la franja de tierra que hoy conocemos como el lado oeste desde el río Jordán. La entrada era el río Jordán y la espalda del terreno era el mar Mediterráneo. Los árboles simbólicos estuvieron en lo que se convirtió luego Jerusalén. El árbol que representó la soberanía de Yehóvah estuvo en el Monte Sión, mientras que el árbol de la vida estuvo en el Monte Moriah, donde después estaría el Santísimo y el Arca del Pacto. Es por ello que la entrada de Israel en Canaán ocurrió desde el este del Jordán, y lo mismo el principio de la obra de Yeshúa, desde su bautismo en el Jordán.

POSIBLES PARALELISMOS

En mi percepción, que puede estar equivocada, hay un paralelismo entre Caín/Abel y Esaú/Jacob. Percibo las mismas cualidades de Abel en Jacob, como hombre sin culpa. Pero, más importante aún, parece que hay un paralelismo entre Abel y José, el hijo preferido de Jacob. En realidad, a José se le dio por muerto, porque era una representación del Mesías. Y esto abre una posibilidad.

Resulta que José fue dado por muerto al ser vendido, a los 17 años. Me estaba preguntando ayer en qué momento de mis investigaciones le encontraría sentido a esos 17 años. Pues bien, creo que tengo la respuesta, y la publicaré en la siguiente entrada.

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