Los verdaderos extranjeros que destruyen la religión

Las claves bíblicas nos dijeron que fueron extranjeros los que destruyeron el templo de Yehovah dos veces, primero los babilonios y luego los romanos.

Ahora, en este tiempo, entendemos que el templo representó al hombre, y entendemos también que el pueblo de Israel fue una representación colectiva de Adán. En consecuencia, parece razonable deducir que los extranjeros que destruyen la religión y el resto de este sistema de cosas no son humanos.

Me viene a la memoria un incidente bíblico que tuvo lugar cuando llegó la celebración de la Pascua en la que moriría Jesús, el mismo que podría tener significado para hoy:

Ahora bien, había unos griegos entre los que habían subido a adorar en la fiesta.  Estos, pues, se acercaron a Felipe, que era de Betsaida de Galilea, y empezaron a solicitarle, diciendo: “Señor, queremos ver a Jesús”.  Felipe vino y se lo dijo a Andrés. Andrés y Felipe vinieron y se lo dijeron a Jesús. Pero Jesús les contestó, y dijo: “Ha llegado la hora para que el Hijo del hombre sea glorificado. (Juan 12:20-23.)

El Hijo del hombre es la entera Simiente de Abrahán, compuesta por Jesús y sus 144.000 asociados. Parece que aquí se da a entender que cuando aparecieran extranjeros, sabríamos que el momento para someter a prueba al pueblo de los escogidos habría llegado.

Ese momento, al parecer, comienza en Abib de 2019. Poco después, cuando los "extraterrestres" se pongan de manifiesto y dirijan los asuntos del gobierno mundial, empezará la autoridad de la Bestia. Asumo que eso ocurre a mediados de año.

La intervención alienígena en el mundo, con el permiso de Yehovah, será como un tiempo de asedio contra la religión del mundo. Los que no estén preparados para afrontar los desafíos ideológicos que se vienen perderán la fe. Pero nosotros sabemos lo que todo esto significa.

La Organización de las Naciones Unidas, bajo inspiración demoníaca, hará que en el mundo haya una sola religión, avalada por estos ángeles rebeldes. Y la autoridad de estos hijos del Dios que han vuelto hará que el mundo sea, finalmente, como en los días del Diluvio, un lugar peligroso para los que aman y buscan la verdad.

Que nuestro amor a Yehovah sea más fuerte que nuestros propios intereses.

Bendiciones.