miércoles, 13 de junio de 2018

El buen mensaje

Se viene un gran cambio. De hecho, es el cambio más esperado por todos los que aman la justicia y la paz. Se viene el Reino del Mesías, un gobierno que nos introducirá en un período de 1000 años de abundancia y alegrías. Esto es motivo para estar alegres.

Para quienes leen las Escrituras y están a la expectativa de cosas mejores esto es buenas noticias, porque significa que pase lo que pase la verdad triunfará. Y también significa que los sufrimientos que la humanidad ha padecido por seis mil años por fin terminarán. Lo que es más, todos los que ansiamos la satisfacción de lo más importante sentiremos agradecimiento por ver cumplidas las promesas de Yehóvah, el Dios de propósito.

En lo que respecta al escritor de este blog, sólo me queda agradecer el haber podido darle un vistazo a la manera cómo están organizados los eventos en los tiempos señalados. Sin embargo, todavía hay muchas cosas que no sabemos.

Es patente que el fin de la Era Abrahámica es inminente, porque se percibe por el espíritu de los eventos que están ocurriendo, que una situación terminal nos está alcanzando en todo ámbito de la vida. Sea en la política, la salud, la economía o la religión... Todo está alcanzando su madurez.

Ahora bien, muchos lectores no comprenden todavía a qué me refiero con Era Abrahámica o Era del Pacto Abrahámico. Trataré de explicarlo en este artículo.

EL PUNTO DE PARTIDA

Todo comenzó con la primera profecía de la Biblia. En Génesis 3:15 se predijo que cierta Simiente de la Mujer aplastaría la cabeza de la Serpiente, cerrando así una enemistad de larga duración. Esta Simiente está conformada por el Hijo del hombre, el Mesías y su cuerpo de escogidos que reinarán con él para la vindicación de la soberanía de Yehóvah, la santificación de su nombre y restauración de la humanidad que cayó por causa de la rebelión de Adán. La Mujer es la organización celestial de espíritus que están en sujeción a Yehóvah.

Más de 350 años después del Diluvio, Yehóvah seleccionó a Abrahán por su fe para que fuese el humano por medio de quien vendría la Simiente Prometida. A partir de 1943 aEC, el Dios de Abrahán validó un pacto que permitiría la existencia de esta Simiente especial. Primero vino la nación de Israel, un pueblo imperfecto que puso en evidencia, gracias al Pacto de la Ley mediante Moisés, el error de Adán. Luego, desde esta nación surgió el Mesías y los primeros representantes del verdadero Israel, compuesto no sólo por judíos, sino también por Gentiles (gente no judía).

El propósito del Pacto de Yehóvah con Abrahán se declara de manera gradual en la historia bíblica. Pero, en esencia, es la consolidación de la Simiente Prometida, el medio para cumplir todos los propósitos de Yehóvah para corregir todas las cosas. Así pues, tal como sucedió en las ilustraciones del pasado, donde mujeres estériles tuvieron que esperar mucho tiempo por el nacimiento de su primer hijo, igual ahora. La razón por la que Yehóvah ha dado la impresión de haberse demorado en el cumplimiento de sus promesas es porque esta Simiente Prometida tenía que ser seleccionada a través de estos más de 1980 años que han pasado desde la resurrección de Jesús.

El tiempo se ha terminado. Ahora, los simbólicos 144.000 esclavos del Dios están siendo completados. Eso significa que ya no habrá más dilación. Los cuatro vientos de Revelación 7, que han sido retenidos por causa de estos escogidos, serán soltados de inmediato el día que Yehóvah predeterminó de antemano.

¿Qué sigue a continuación? El restante de los 144.000, que quedan vivos hoy, tienen que ser probados y refinados hasta la muerte antes de convertirse en reyes y sacerdotes con el Mesías. Es por ello que el fin no es inmediato. Hay por lo menos tres años y medio de pruebas para ellos, en correspondencia con la obra de su Amo y Maestro.

Puesto que Génesis 15 pone en evidencia el simbolismo de un período de 11 Tiempos (3960 años) dividido en dos partes, con la obra de Jesús al medio, se ve que la Era del Pacto Abrahámico tendrá su fin, si contamos desde 1943 aEC, en este año, 2018.

En realidad, la Biblia habla de varios pactos, pero todos tienen como base el Pacto de Dios con Abrahán. El Pacto de la Ley mediante Moisés fue temporal, mientras que el Nuevo Pacto es para los cristianos de hoy. Aparte estuvo el Pacto de Yehóvah con David para un rey que sale de su simiente y el Pacto personal de Jesús con sus seguidores para compartir su trono.

Al final de la historia, es la profecía original de Génesis 3:15 la que se cumplirá. El Reino del Mesías aplastará al Resistidor y sus apoyadores, y entonces la Tierra será transformada en un hermoso santuario, sin maldad alguna. Después que termine el Milenio del Mesías, todos seremos tan perfectos como lo fue Adán, y tendremos la oportunidad de pasar a la vida eterna si en vez de imitarlo a él imitamos la fidelidad y obediencia de Jesús.

Estemos alegres, por lo tanto. El buen mensaje de la Biblia está por mostrarse con total claridad en breve.

Bendiciones para todos los que mediante fe y aguante continúan en su carrera hacia la vida.

3 comentarios:

PauLant dijo...

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Unknown dijo...

Muchas muchas gracias y bendiciones a Ti y a TODOS que siguen este especial y reconfortante espacio

rafa dijo...

Te queremos mucho y muchas gracias por todo tu vasto trabajo, Julius Corvus.

Sara Felix gracias por apoyar a Enma.

Gracias a todas las personas de buena voluntad.

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